martes, 20 de marzo de 2018

Blackjack Gusi - Happy 21st Bday!

Hoy, martes 20 de marzo del 2018, mi hijo mayor cumple 21 años, y llueve en Guayaquil.  Y me dio ganas de escribir nuevamente, porque tu me lo pediste hace pocos días.  Esta carta es para ti Gusi.

Viniste al mundo en un invierno exacerbado por el Fenómeno de El Niño del año 1997, cuando tu joven madre anunció que se había roto el agua de fuente y tu joven padre planificaba todo el periplo para llegar a la clínica.  Había que sortear los obstáculos invisibles propios de calles inundadas- que en pocas horas serían navegables, para recoger a tu abuela, y a la profesora de respiración de tu madre.  Luego de 21 años me doy cuenta nuevamente de nuestra corta edad, muy corta realmente, para haber comenzado una familia que trajo al mundo tres seres humanos maravillosos y momentos felices inolvidables, que se guardan en el corazón para siempre.  Y digo que me doy cuenta de ello porque podías haber nacido casi en nuestro pequeño VW Golf rojo, mientras tu metódico padre cumplía con el plan de vuelo.  Yo estaba por cumplir apenas 26 años.



Naciste en un momento difícil en el Ecuador.  La crisis económica estaba ya a flor de piel, muchas financieras habían ya cerrado sus puertas con las consecuencias adversas hacia los inversionistas y la sociedad en general.  Los bancos medianos y grandes mostraban ya problemas patrimoniales, la crisis del país en los sectores productivos complicaban aun más el panorama, y sumado al nerviosismo y falta de confianza de la gente desembocó en una devaluación del sucre e inflación muy altas que mermaron mucho la calidad de vida de las familias.  La nuestra también sufrió, pero siempre estuvimos en guardia para salir adelante, por nosotros, y por ustedes.  A los pocos meses de tu nacimiento yo salí de trabajar en Banco del Pacífico, donde mi último cargo fue Gerente en la división de Finanzas, y opté por trabajar con dos profesionales de primer nivel que salieron también de Pacífico para formar una firma financiera y banca de inversión.  Fueron años difíciles, de mucho riesgo, de decisiones cruciales, y con la obligación de madurar muy rápido para continuar proveyendo bienestar y cuidados para tu mami y tus hermanos que vinieron en los cinco años siguientes.
Hoy regreso a ver y me parece impresionante y hasta irreverente como dos padres muy jóvenes desafiaron los problemas y sortearon los obstáculos que te pone la vida, de manera muy acertada.  Tu mami fue una madre a tiempo completo, durante tus primeros años de vida.  Intentó regresar a su trabajo en banco Previsora cuando se terminó su período de lactancia, y se fajó su uniforme muy elegantemente.  Pero no duró ni una hora.  Lloró todo el camino hacia el centro financiero de Guayaquil, y puso su renuncia ese mismo día.  Creo que tienes junto a tus hermanos la mejor mamá del mundo, y por ello debes celebrarlo y estar agradecido con ella y con el Universo para siempre.

Desde chiquito mostraste ser muy inquieto, activo, curioso por los deportes.  En el colegio siempre fuiste el niño bien peinado, educado, respetuoso de tus mayores, muy buen estudiante.  Pero también hubo situaciones donde tuviste que pedir disculpas porque te habías salido de tus esquemas.  Y como caballero que eres desde siempre, porque es tu esencia, pediste disculpas, y hoy podemos reírnos de todas esas anécdotas.

Toda tu vida estudiantil fue ejemplar.  Y no siento que soy soberbio ni vanidoso al decirlo.  Porque los resultados así lo muestran.  Tu paso por el colegio dejó una huella muy profunda, muy propia y un ejemplo luminoso a seguir para tus hermanos, amigos, y directivos del colegio.  Siempre estuviste en los primeros sitios, y te graduaste con el tercer mejor promedio de tu promoción.  No importa al final del día, si el nivel de exigencia del colegio era lo que habríamos esperado, o si resultaba quizás fácil frente al estándar.  Igual competiste con lo que había, contra tus compañeros, de una manera tan noble y limpia, que siempre guardan el mejor recuerdo de ti.  Eres un amigo de oro.

Tu inquietud y curiosidad por el deporte y la vida sana son también dignos de resaltar.  Recuerdo tus primeros 5k que corrí contigo, tu disciplina para asistir a los entrenamientos de BMX, Jiu Jitsu, Crossfit y Basketball, aun cuando a veces tu madre amenazaba con reportarte conmigo porque había días que uno simplemente no quiere, o necesita un empujoncito.  De manera responsable estabas consciente de lo que siempre te repetí, incluso so pena de ser sujeto a bullying hijo a padre, que cuando sean grandes, me van a agradecer.  Y creo que no me equivoqué.  Su afición por el deporte y la vida sana es tan fuerte como un roble.

Luego me acompañaste en bicicleta algunas veces, teniendo ya la base desde pequeño, para lograr rutas hasta de 100km, reflejando que no solamente eres una persona activa en lo físico, sino envidiablemente fuerte en lo mental.  Y comprender también, esta vez por experiencia propia, que la mente es la que domina al cuerpo, y en verdad todo el resto de facetas de la vida.  Una mente fuerte y clara, pero sobretodo acostumbrada a pensar afuera de la caja y no claudicar jamás, es el principal motor del éxito en todo lo que hagas en la vida.  Y en cada carrera Ironman que participo, te tengo a ti y a tus hermanos en la mente, porque se que sienten y comprenden- aun sin haberlo hecho, lo mentalmente fuerte que son estas carreras.  Y también se que cada línea de meta que yo cruzo, ustedes sienten que son suyas y propias.  Porque lo son.  Porque el amor que tengo por ti y tus hermanos nos permite compartir hasta el alma.
Estas cursando tu tercer año de universidad.  Recorriste mis pasos, y los de mi padre, en North Carolina State University.  Para mi es un gusto enorme que así sea, y tu escogiste esto.  Pero me impresionó de sobremanera tu osadía, visión, y habilidad para durante el primer mes de estudios decidir un cambio de carrera de Negocios a Ingeniería, sabiendo que tenías que nivelar tus conocimientos sobretodo cuantitativos que no llegaron con tus bases del colegio.  Fue- creo yo, tu primera decisión crucial en la vida, de esas que cambian rumbos.  Tu evaluaste, mediste, y actuaste.  Solo.  Siempre con el apoyo de tus padres, y con mi permanente preocupación y guía cuando fue necesaria.  Pero el camino lo escogiste tu.  Y tomó muchas agallas hacerlo.  Y hoy estás dentro de los mejores estudiantes de Ingeniería Industrial.  Con sencillez y enfoque.  Construyendo tu obra.

Tienes evidentemente un padre con un niño muy vivo adentro.  El primer componente de la inteligencia emocional requiere autoconocimiento.  Y la vida y experiencias me han permitido saber quién soy.  Hoy cumples 21 años y lejos de pensar que me haces viejo, siento más bien que ya mismo me alcanzas.  Contrario a pensar que es una ridiculez, yo creo que más bien me permite compartir cada vez más contigo, toda mi problemática en lo profesional, personal, deportivo.  Veo en ti un hombre muy bien formado, hoy enamorado de una chica que te hace vibrar, y con mucha ilusión respecto de tus prioridades en el tiempo.

Hay gente que dice que “todo tiempo pasado fue mejor”.  Yo soy un opositor a este concepto, que más bien invita a parquearse en la vereda de la vida, mirando por el retrovisor con sentimientos estériles como la nostalgia.  Sin duda el pasado es parte de nuestro presente, porque aquí estamos gracias a todas nuestras vivencias y experiencias, buenas y malas.  Yo creo firme y tajantemente, que es nuestra responsabilidad llenar nuestro presente con todo aquello que nos haga felices, momento a momento, y lograr el éxito en lo que nos proponemos.  Ya que la felicidad es un ideal y como tal no existe, y no hay evento, ni cosa material, ni persona que “te haga feliz”.  Te vas dando cuenta que la felicidad es la sumatoria de todos los momentos que construyes cada día.  Que es un camino, y no un destino.  Que está en tu sonrisa y buena actitud frente a todo lo que el Universo te pone al frente, porque si crees que tienes dificultades tu ya sabes poner en perspectiva las cosas, y concluyes que somos sumamente privilegiados.  Y estoy seguro que utilizarás el pasado de una manera constructiva, para aprender de los errores de quienes estamos cerca y te queremos, y reforzar aquello que consideres que son aciertos y cosas buenas.

Del pasado traes la nobleza, honradez y hombría de bien que está en tu sangre.  Pues las vertientes de donde vienes son familias de gente de primera que hemos trabajado y vivido siempre para lograr mejorar el mundo, aportar con honor y amor a la vida a lo largo de las generaciones que hicieron que estemos aquí.  Hay que ser gratos y agradecidos de nuestras raíces.

Hoy cumples 21 años, y subrayo que soy una persona que ama la vida.  La amo desde cada madrugada hasta cada anochecer, agradezco poder hacer lo que me gusta, y quiero continuar siendo un ejemplo para ti y tus hermanos.  Seguro habrá cosas buenas de tu padre que te las dejo para que las tomes, y juntos perpetuarlas en el tiempo.

Happy Birthday Gusi!  Te quiero hasta que muera el Sol!

Papi



jueves, 7 de octubre de 2010

Ironman Arizona 2006


IRONMAN ARIZONA 2006

IRONMAN North America es una corporación que organiza y administra las competencias de triatlón IRONMAN en los Estados Unidos. El domingo 9 de abril del 2006 se llevo adelante Ironman Arizona, en la ciudad de Tempe, Arizona; competencia consistente en 3,800 metros de natación, 180 kilómetros de ciclismo, y 42.2 kilómetros de atletismo. IRONMAN Arizona se compite por primera vez en el año 2005, gracias a la solidaridad y el compromiso entre la corporación IRONMAN y las comunidades indígenas del estado de Arizona. Se crea el Adopt-an-Ironman Program, donde los triatletas locales se inscriben para dar charlas en las escuelas de aborígenes indios americanos, y concienciar a la juventud sobre los beneficios del deporte, dentro de una realidad donde más del 40% de los jóvenes son obesos.


El entrenamiento comenzó hace 24 semanas, en la ciudad de clima calido, de humedad relativa alta, y al inicio de la temporada invernal y lluviosa de la Costa ecuatoriana. Fueron meses duros, largos, y placenteros de entrenamiento en Guayaquil, con mucho sacrificio de tiempo y compromiso de objetivo.


Nos inscribimos en la competencia con la anticipación debida, con mas de seis meses de anterioridad, lo cual ratifica el compromiso con la causa, y marco el inicio de un periodo de varias horas semanales, llegando a mas de veinte, con miras a participar en una competencia que según los directivos de IRONMAN, han participado tan solo 50,000 personas en todo el mundo.


Nos embarcamos en el compromiso Juan José, Antonio, Pedro, Lorena, Verónica, y yo.

La semana del lunes 7 de noviembre del 2005, nuestro amigo Coqui Molestina tuvo que viajar a los Estados Unidos por una afectación en su salud, relativa al páncreas. Coqui tuvo que ser intervenido hace algunos años para ser removido una parte de su páncreas, y desde entonces ha llevado una vida muy controlada y disciplinada en cuanto a la ingestión de azucares, debido a su delicado manejo de insulina.

Coqui tuvo que viajar a los Estados Unidos y se quedo tres meses en la clínica Mayo, en Rochester, Minnesota. El resultado de los exámenes fue el descubrimiento de una tumoración cancerigena en el remanente de su páncreas. Tuvo que recibir un tratamiento agresivo de quimioterapia para combatir ese mal.


Con Coqui, son ya dos personas cercanas, muy queridas, que son victimas de esta enfermedad inclemente e imprevisible, junto con mi Mami Andreita, quien ha luchado ya mas de tres años cáncer al pulmón. Esta enfermedad con pocas probabilidades de ser erradicada, pero con las suficientes probabilidades para jugar en su contra, permite una esperanza verdadera, con casos reales de éxito, para ser combatida y ganada. Yo se que Coqui va a ganar. El me dijo un día “soy un ganador”. Esa sola actitud lo convierte en uno, y esta carrera se lo dedique a Coqui.


El viaje de ida, como se esta haciendo tradición, tuvo su componente de estrés, como para comenzar a poner a prueba los nervios desde el primer momento de la experiencia Ironman. Los cuatro amigos, Juan José, Pedro, Antonio y Verónica, fueron por primera vez a esta competencia, o como los califico el organizador del evento a los “primerizos”, eran Iron-Virgins.


Toda vez en el avión, el capitán informo que en la nariz del avión habían encontrado una filtración y tuvimos que esperar alrededor de 2 horas para salir hacia Miami. Teníamos muy poco tiempo para hacer la conexión hacia Dallas y finalmente a Phoenix. Con mucha suerte, tuvo un retraso el avión hacia Dallas y pudimos llegar sin problema al destino final, con todo el equipaje y bicicletas sin contratiempo alguno.

Juan José llevo a Andrea, su esposa, quien se convirtió en la coordinadora logística del SOLCA Iron Team –magnifica participación y apoyo por parte de la única esposa que viajo con el equipo. Una vez iniciado nuestro entrenamiento, decidimos formar un equipo, endosado por la Sociedad de Lucha Contra el Cáncer, SOLCA, que nos faculte a levantar fondos con doble propósito: financiar nuestra actividad deportiva que llega a ser onerosa, al tiempo de aportar un porcentaje de lo recaudado a SOLCA. Viajamos con nuestras camisetas de SOLCA Iron Team, que nos identificaba como un equipo, y llegamos tarde al hotel en Tempe, casi a la una de la mañana de la madrugada del viernes.


Lorena y su hermana Verónica habían llegado el día anterior. El día viernes fuimos al registro, luego de armar las bicicletas y salir a probarlas, constatando que todas las piezas estén en su sitio, listas para la competencia de pocas horas después.


En las ultimas semanas de entrenamiento, algunos de los amigos tuvieron situaciones adversas físicas y psicológicas que pusieron a prueba su voluntad y compromiso inicial adquiridos al momento de la decisión de participar en IRONMAN Arizona. Juan José tuvo casi tres semanas de para por una enfermedad de las vías respiratorias que se degenero en bronquitis. Esto paso justo luego de la pedaleada mas larga de Guayaquil a Machala, mas de 200 kilómetros, donde el sistema inmune se deprime terriblemente y el cuerpo esta susceptible al virus de turno. Lorena en un desacierto de entrenamiento, decidió competir contra ‘Acuaman’ y el suscrito en repeticiones de 50 metros en la piscina, usando aletas para ‘hacernos calor’. Esto afecto su nervio ciático de tal forma que tuvo que dejar de entrenar casi totalmente durante las dos ultimas semanas, recurriendo a desinflamatorios muy fuertes, inyectados, hasta la mañana del viaje a Arizona.


La voluntad de Jota y de Lorena refleja la actitud y compromiso que caracteriza a los Ironman, u hombres de hierro. Lograron estar conscientes de que el sacrificio durante seis meses, muchos kilómetros de agua, rueda y pavimento no podían ceder o flaquear ante la presión de la adversidad. Un símil de la vida real. Su actitud de venir a la batalla con menos artillería que el resto del pelotón demostró su entereza, su sentido de equipo, su solidaridad, pero sobretodo, demostró de lo que finalmente están hechos. Por ellos, salud.

Los días previos a la competencia tienen su dosis de estrés necesaria para preparar el cuerpo y la mente para enfrentar la realidad de tan difícil y larga prueba. El sábado nos levantamos temprano con Juan José, Antonio y Pedro para pedalear un poco, unos veinte minutos, como ultima prueba mecánica de la bicicleta, al tiempo de soltar un poco las extremidades inferiores, luego de la semana de descanso y el viaje en avión. Además esta practica reactiva las fibras musculares de explosión rápida, las cuales es necesario tenerlas reclutadas lo mas posible el día de la competencia. Luego corrimos unos diez minutos, con aceleraciones hacia el final. Ya todo estaba hecho.


Comentaba con Antonio todavía en Guayaquil, que la competencia se inicia apenas uno se despierta en Guayaquil, la mañana para ir al aeropuerto. Luego de ese momento, el tiempo transcurre en el carril de autopista super-rápida, no habiendo forma de detenerlo para disfrutarlo, para analizarlo, para guardarlo. Una de las habilidades que debemos desarrollar es la capacidad de absorción de las experiencias, momentos, vivencias que te da esta competencia, y la vida en general. Creo cada vez mas que la felicidad es una sucesión de momentos, experiencias y vivencias que le llenan a una persona.


Nos despertamos a las cuatro y media de la mañana del domingo… La salida era temprano, y debíamos llegar al punto de partida temprano. Los dos mil triatletas, todos con el mismo objetivo, pero cada uno con distintos motivos, motores, miedos, demonios por vencer en pocos minutos mas, llegábamos simultáneamente creando un entorno de algarabía y estrés. El día anterior fuimos a probar el agua de Tempe Town Lake, y estaba fría, como a 68 grados Fahrenheit… bastante mas fría que la temperatura de nuestra piscina olímpica en Guayaquil, del lago de Chongon, e inclusive que el mar de Salinas. Me convencí que mi wetsuit sin mangas seria suficiente para enfrentar la realidad, aunque el primer golpe de agua me causo un sobresalto por su baja temperatura. Tuvimos que dejar las bicicletas y las fundas de transición 1 y 2 (natación-ciclismo, y ciclismo-atletismo, respectivamente) el mismo día sábado.


En el avión, en el tramo Dallas-Phoenix estuve leyendo la revista Runner’s World, y en un articulo escrito por Kristin Armstrong (ex –esposa de Lance Armstrong), quien se dedico a correr maratones como mecanismo para salir adelante de su proceso de divorcio, relataba una técnica muy interesante de cómo manejo la maratón de Chicago. Dedico una milla de la carrera a una persona cercana, y así, pensó en veintiséis personas a quienes dedico su carrera, bajando su tiempo de maratón sustancialmente, terminando en 3h35min, y clasificando a la maratón de Boston.


Se me ocurrió aplicar esta misma técnica en la maratón de mi Ironman. La ruta de atletismo eran tres vueltas de catorce kilómetros. Catorce, entonces, sumo mi lista de personas a quienes dedique mi carrera y quienes me ayudaron, en tres ocasiones cada una, a conseguir mi objetivo.


Ya marcados el numero en los hombros y la edad en la pantorrilla izquierda, el chip en el tobillo derecho, y con el wetsuit de neopreno pintado sobre nuestros nerviosos cuerpos, nos encontramos en el borde de Tempe Town Lake con mis amigos de SOLCA Iron Team esperando las instrucciones finales, ansiosos – el tiempo no se detiene… es lo único que no se detiene. La carrera arranca a las siete de la mañana. Antes de eso, llame a Paola para que me de su bendición. Estaba muy nervioso. Ya lo hice con mi Mami desde el hotel.


Seis y cuarenta y cinco arrancaron los competidores elite… y vimos como inmediatamente se perdieron en el horizonte del canal. No se veían las boyas de viraje, el sol estaba mirándonos completamente acostado al borde opuesto del punto de partida, creando un efecto cegador. Eran las seis y cincuenta y dos. Entramos al agua con Pedro, Juan José y Antonio. Nos despedimos de Lorena y Verónica, deseándonos la suerte que todos la necesitamos. Nadamos despacio, sintiendo el agua fría, tratando de calmar nervios nade un poco de pecho, mirando a mi alrededor a mis amigos, quienes se confundían con los triatletas de gorro blanco (hombres) y gorro azul (mujeres). Tratamos de movernos lo menos posible para evitar gastar calorías y esfuerzo que íbamos a necesitar en las próximas horas. Se me ocurre imitar a otros competidores que se habían ya acercado a la línea de partida entre dos boyas grandes, pero se habían parado sobre uno de los bordes laterales del canal. Ahorramos esfuerzo precioso en ese pequeño borde donde con las justas podíamos asentar medio pie. Se canto el himno nacional de los Estados Unidos, con la consiguiente remembranza de mi niñez en el Colegio Americano. Me vi en primaria, con mi saco concho de vino con dos franjas blancas en una manga, camisa blanca, pantalón gris y zapatos negros, uniforme obligatorio de los lunes de asamblea. Ha pasado mucho tiempo… imposible detenerlo.


Faltaban pocos minutos, quizás unos tres. Decidimos saltar al agua y finalmente ubicarnos en las posiciones de partida. Ya faltaban segundos, y Jota me comento que “hay unos tipos que están grandes” a nuestro alrededor. Efectivamente, sonó el disparo y comenzó el sardinero. Siendo esta carrera una partida acuática (versus partida desde la playa, como fue Ironman Florida en Panamá City en el 2004), la lógica era esperar menos golpes y atropellamientos involuntarios de los nadadores que buscamos encontrar nuestro espacio de movimiento en un medio extraño, con poca visibilidad gracias al agua turbia y verde, al sol que encandelillaba, todo exacerbado por la ansiedad de la carrera. Creo que estuvo menos duro que la partida de playa.


Fueron minutos difíciles los primeros quince o veinte… no se lograba abrir el pelotón de nadadores y trague mucha agua… el sol impedía localizar las boyas guías, y había que encerrarse con tranquilidad a seguir a la espuma. La noche anterior rece. No lo hacia desde hace mucho tiempo. Reconozco y creo en un ser supremo, en Dios. Pero lo hago a mi manera. No le pedí que me ayude en la carrera, pues pienso que no era justo. Mi condición no amerita pedir mas. Si, en cambio, le agradecí, porque pensé que era mucho mas noble y justo. Agradecí por mi familia, por mis padres y hermanos, por mis abuelos, por la gente que me quiere y rodea, por mis amigos… le pedí que me hiciera una mejor persona. Y le ofrecí mi carrera para que el sufrimiento que me toque enfrentar se disminuya del dolor, sufrimiento y preocupación que están sintiendo mi Mami Andreita y mi amigo Coqui con el cáncer.


Pedí por las personas a quien dedique la carrera en el atletismo, una por una y con mucho detenimiento, en orden: Paola, Gusi, Santi, Sergio, Papi, Mami, Diego, Sole, Esteban, Andreita, Abuelo Rodrigo, Abuela Inés, Abuela Maruja, Coqui. Reconocí que esta carrera es un premio, la recompensa de tanto sacrificio, de tanta disciplina, de tanto tiempo que dedique a mi entrenamiento. Me acorde de mis objetivos personales, de mi trabajo, de mi meta en la carrera… de cómo el Ironman es un ejercicio aplicable a la vida misma.


Transcurrían las brazadas, y entre patadas y montadas, me encontré nadando dentro de las boyas con un grupo reducido, y había que buscar mantener la línea guía, pues el viraje tenia que ser por fuera de las boyas. De regreso, ya con el sol detrás se facilito un poco la navegación; al menos se veía delineada la cancha. Mire el reloj y vi que el tiempo estaba en aproximadamente 31 minutos. Faltaba un poco mas del doble porque la entrada a tierra era unos doscientos metros pasando la línea de partida. Mi corazón estaba alto.


Faltando pocas brazadas para llegar a las escalinatas de salida, vi a Pedro a mi derecha. Íbamos a llegar exactamente iguales. Increíble coincidencia. Luego me confeso que me vio a la distancia, reconociéndome por el wetsuit sin mangas y con tatuajes temporales en los brazos, y que acelero el ritmo para alcanzarme. Salimos del agua al mismo tiempo, y fuimos a la bicicleta. Mi tiempo de agua fue quince segundos mas lento que Panamá City, 1h04m y algo mas.


La ruta de ciclismo era igual, tres vueltas de 60 kilómetros cada una. La ida era un ascenso de aproximadamente 130 metros, el regreso una bajada con viento a favor. Se pudo rodar a un buen promedio de velocidad la primera vuelta. Tuvimos buen viento en contra y a favor. En la segunda vuelta, el viento fue mas leve, lo cual no me di cuenta hasta el regreso, donde la primera vuelta pude marcar 47 kph, y en la segunda apenas 35 kph. La tercera y ultima vuelta, el viento CAMBIO. Deje que el misticismo del desierto y del lenguaje de indio americano me llenen de energía. Absorbí mucha energía.


El tramo de ida de la ultima vuelta se pudo mantener buen promedio de velocidad, de aproximadamente 32 kph que era el promedio total acumulado hasta entonces, en 120 kilómetros. Al llegar al ultimo viraje, de regreso, el viento te detenía, haciendo inútil aprovechar la bajada. Pude mantener el promedio de velocidad de 32 kph., ya con la mente en la maratón. Complete el ciclismo en 5h38m.


Mi objetivo era correr la maratón en 3h30. Necesitaba la mayor ayuda mental que pueda. Entregue mi bicicleta y corrí hacia la transición 2. El sol estaba fuerte. pedí que me pongan protector solar en los hombros y cuello, el astro rey pegaba vertical a la 1:56 PM. Use mi reloj GPS para correr contra el virtual partner al tiempo objetivo. La ruta de atletismo fue muy fuerte. Terreno irregular, un 40% asfalto, 50% concreto, 10% tierra dura u otro. había una cantidad de vueltas cerradas alrededor de conos, que hacían difícil poder mantener un ritmo constante de velocidad, y las cortas pero pronunciadas subidas y bajadas fueron un obstáculo no previsto, que amenazaba con provocar caídas o lesiones. Pese a esto, la primera vuelta, los 14 kilómetros iniciales, estuve tan solo 200 metros detrás de mi corredor virtual. Es decir, estuve a aproximadamente 1 minuto detrás del tiempo objetivo. Me cruce con Pedro en mi kilómetro 2, siendo aproximadamente el kilómetro 7 para el. Sabia que Pedro me saco una ventaja importante en el ciclismo.


La segunda vuelta fue dura. El sol estaba en su máximo esplendor, como a las 3pm. Al kilómetro 23, lo alcance a Jota. Lo vi un poco estropeado, era su primera vuelta, kilómetro 11. Me dijo que se sentía un poco mal, pero que iba a llegar. Le grite ya de espaldas “por supuesto que vas a llegar, eres un Ironman”. Sabia que estaba sufriendo, que le estaba costando, y me sentí orgulloso de que el objetivo era claro: terminar la carrera y demostrar su calidad de Ironman. Vencer a sus debilidades, a sus miedos, a sus frustraciones, a sus demonios.


Los kilómetros mas rápidos eran los de Gusi, mi ñaño Diego, mi Abuelita Inés, y los de Coqui. Los mas lentos, los de Yeyo y mi Papi. Jeje… Obviamente porque había kilómetros mas difíciles por el terreno, subidas, bajadas. Me divertí muchísimo. Cada uno tenia un kilómetro que tenia que bajarlo la vuelta siguiente. Esto solo paso en un par de ocasiones, ya que el día me iba consumiendo. El sol iba calentando y deshidratándome. La humedad relativa del ambiente era como del 20% , super seco. La nariz estaba super seca. La ropa igual. había tomado, sumando todo, unos seis litros de liquido, y no tenia la menor intención de ir al baño, lo cual dice dos cosas: a) me hidrate bastante bien, y b) estaba sudando muchísimo pero no lo sentía. De esto nos advirtieron los días previos; era un espejismo del clima del desierto.


Iba a un muy buen paso, pero seguía alejándose de mi el partner virtual. Ahora lo tenia como a 600 metros. Terminando la segunda vuelta, me paso LA UNICA PERSONA que me paso en la maratón. Era nada mas y nada menos que mi heroína (por sus virtudes como atleta y por tentación carnal), Heather Gollnick. Iba con una bicicleta a su lado, de asistencia. Era como el kilómetro 27, y ella ya terminaba la carrera, a mi me faltaba una vuelta. Pero me paso a un ritmo de unos 5:10 minutos por kilómetro. Yo iba a mas o menos esa velocidad, y me mantuve con ella durante 1 km. Fuimos pasando a muchísima gente… pocos hicieron el intento de pegarse a nosotros, pero no podían mantener el ritmo. La seguí como a un medio metro por detrás (pensé en ponerme al lado, pero por respeto a su condición de elite, y porque la vista estaba mejor donde estaba no lo hice) hasta que vire hacia mi tercera y ultima vuelta, y ella siguió hacia el callejón de llegada, para consagrarse como las 2da mujer en la categoría general. Experiencia indescriptible e inolvidable!


La ultima vuelta fue la mas dura. Lógico. En mi cabeza, solamente faltaba una vuelta hasta la universidad estatal, desde mi casa en Guayaquil. No… pensé, se me hace demasiado. Son dos vueltas a ESPOL desde mi casa… pero sin tantas lomas… estuvo mejor y así estuve. Se me alejaba mas mi partner virtual. Me llevaba como 800 metros, ya unos 4 minutos. Mi hijo Gusi me dio muchísima fuerza… su kilómetro fue el mejor… Santi corrió muy bien… Yeyo y mi papi, otra vez, lentones… la verdad es que eran dos kilómetros sobre concreto, muy irregulares, pero los disfrutaba, porque sabia que el tiempo iba a subirse. En ese punto, como en el kilómetro 32 reconocí a Lorena, que iba cansada pero me dijo que bien, y la vi fuerte pese a su dolor de espalda. Tuvo que correr con Arcoxia, desinflamatorios muy fuertes, pero como ultimo recurso. sentí una vez mas, orgullo y fuerza producto de la esencia de mis amigos Jota y Lorena, que no tenían un buen día, pero que estaban marcados el objetivo entre las cejas.


Me comenzaban a amenazar las pantorrillas con comienzos de calambres. Los cuadriceps también. Hable con Dios. No le pedí que me quite los dolores. Le dije que yo esperaba esas molestias, por supuesto, finalmente era un Ironman, y estaba listo para luchar contra ellas. Lo que si le pedí, es que me deje sortear esos obstáculos, absorber y manejar el dolor, que me los entregue… yo me hacia cargo de ellos, a cambio de que esto reste dolor y sufrimiento que puedan tener mi Mami Andreita y Coqui.


Le toco a mi ñaño Diego, luego de que mi Mami corrió muy bien su ultimo kilómetro. Me acorde de mi ñaño, con quien hable los dos días anteriores. Lo extraño mucho. La vida es complicada, y a veces injusta. Pero como decíamos con Ramiro, es un juego cero-suma… todo esta en equilibrio. Seguramente en el futuro, el tiempo que dejo de compartir con mi ñaño Diego, podremos compartir con creces y compensar la realidad que se nos presenta hoy. Tenemos mucho que compartir. Me acorde de San Francisco, su nueva ciudad. Y entonces, recordé Chi Running, y el chino Danny Dreyer, fundador de este revolucionario enfoque de cómo correr. Retome mi forma Chi, que seguramente había estado olvidada desde hace algunos kilómetros.


Learning to be present. Aprender a estar aquí. Ese es el objetivo de Yoga. Vengo practicando Ashtanga Yoga por casi un año ya, y las técnicas de respiración, flexibilidad y fortaleza mental que me ha dado esta disciplina las aplique durante toda la maratón. Se va cerrando el circulo.


Ya faltaba muy poco. Buen trabajo Dieguito… me devolviste la forma de correr y estaba volando. Los últimos tres kilómetros, los de la Abuelita Inés, de la Abuelita Maruja y de Coqui fueron muy buenos. Buenísimos… los dos últimos los pase como en 4:20 y 4:15… pero faltaba algo. 14 x 3 es 42… Y la maratón tiene 42.2, así que los últimos 200 metros los corrí con mi perrito Bongo. Este beagle es una bala de rápido, y así corrí estos últimos metros. Di la vuelta para el callejón de llegada, vi el reloj, las alfombras, la gente completamente volcada en la emoción de cada atleta que llega. Pique por ultima vez, con todas mis fuerzas, y salte como queriendo despegar de este planeta. Cruce la meta en 10h36m20s. Mi maratón fue de 3h41m; el partner virtual me gano por 10 minutos. Baje mi tiempo total por trece minutos. Fue un triunfo completo. Estaba feliz. Esto es lo que me gusta hacer – esto me completa como persona. Logre quedar en el puesto 128 de casi 2,000 triatletas, y 24 en mi categoría de 354. Mi tiempo de maratón fue el 73 en la general.


Esta disciplina y forma de vida genera una energía que se transmite y contagia. Mi Papi me califico como referente, en un gesto generoso, y esta rebuscando en su baúl de vivencias el entusiasmo y motivación para volver a incorporar una disciplina de ejercicio y atletismo en su vida personal. Yoyo acaba, hace pocos días, de cruzar su primera línea de meta. Corrió el Cherry Blossom Classic 10-miler en Washington, D.C. Independiente del tiempo o performance relativos, el logro individual lo ha ayudado mucho y se siente realizado. No hay mejor satisfacción que complementar los logros personales con aportes a las vidas de personas queridas a quienes puede uno contagiar.


Dos días luego de la competencia, tuve una reunión de trabajo con dos personas brillantes. Yoyo una de ellas, a quien tengo un cariño muy especial, y Ramiro, su abogado una persona con una calidad humana, y capacidad intelectual admirable, y alguien con quien he podido desarrollar una relación muy honesta y abierta, dadas las condiciones de trabajo, pero también por la química que se dio. Ramiro me dijo algo digno de resaltar, tras mostrarle el video de la carrera, y se convierte en un cuestionamiento aplicable a todos los aspectos de la vida: “que te motiva a correr esa ultima milla? Mírate la cara en la foto de la llegada… ahí tienes la respuesta”.




miércoles, 30 de septiembre de 2009

Ironman Coeur d' Alene 2009


Ironman Coeur d`Alene – What can I say…

Esta mala costumbre de escribir es definitivamente hereditaria. Mi Papi y mi Abuelito Rodrigo han sido personas de buen verbo, facilidad de palabra, y claridad en su síntesis. Supongo yo que hereditario también es sentir los genes y tratar de que se manifiesten en uno, es decir, dejarlos que se desarrollen. Obvio no le llego ni a los tobillos, pero ahí hay algo genético que me obliga a desahogarme de esta forma.

Dejo claro desde ya, que las líneas que siguen no las escribo yo en su totalidad… son producto de ese flujo de adrenalina y endorfinas y otras sustancias que el cuerpo produce de manera inusual durante muchas horas, y que se quedan en el sistema. Y para volver a pisar Tierra, opto por torturar a mi gente cercana con esto.

Muchos amigos y gente cercana siempre me pregunta “que sientes luego de un Ironman“. Y por la complejidad de la respuesta, y para no dar un testimonio mediocremente resumido, intento comunicar el mar de sensaciones y sentimientos por esta vía. No es fácil, no creo que lo he logrado en reseñas anteriores, pero al menos me quedo más tranquilo, porque lo intenté, y por lo menos lo saqué de mi sistema, que ahorita, seis de la mañana luego de race-day, se encuentra absolutamente convulsionado, abatido, desbordante de rezagos de adrenalina… esa adrenalina que hace que todo lo que hicimos ayer haya sido posible.

Solamente llegar acá, a este pueblo llamado Coeur d’ Alene, merece una medalla. No se pudo llegar en 1 día desde Ecuador. Salimos miércoles, llegamos a media tarde en Miami y tuvimos que dormir ahí. Al día siguiente el itinerario comenzó a las 8am hora Miami, hacia Los Angeles, Portland, Seattle, y Spokane finalmente, para alquilar un carro y manejar 60 km hasta llegar a este pueblo, que normalmente cobra mucha vida en los meses de verano –los locales dicen que solo hay 2 por su latitud tan al norte, y donde también ha sido conocida por sus siembras y negocios madereros.

Esta es ya mi cuarta carrera de esta distancia Ironman. Para darse una idea de distancias, 3800 metros de natacion (una vuelta al parque de La Carolina en Quito), 180 km de bicicleta (mi abuelito Rodrigo decía que era Quito-Riobamba, o Guayaquil-Montañita), y 42.2 km de atletismo (El Quinche- Quito, o Cerecita-Guayaquil)… es como tratar de comerse una vaca, solamente la idea te espanta, hay que hacerlo bocado a bocado, y es dificilísimo de digerir.
Veníamos muchos más, siquiera 8 amigos y amigas triatletas. Lesiones de todo tipo, hasta de tipo logístico, impidieron que vengamos más que mi compadre Andres Baquerizo, a.k.a. Petete, y yo. Vinimos con Paola y Adrianne, nuestra esposas, que fueron una super ayuda en momentos tan necesarios. En todos los campos.

Las últimas semanas de entrenamiento fueron complicadas. Tuve una contractura fuerte en la pantorrilla izquierda que me mantuvo sin correr por al menos 2 semanas, y la tercera fue ya de taper (término que significa “disminución gradual“, y que se lo hace al final de los entrenamientos previo a la carrera, para que el cuerpo se recupere de la carga de trabajo fuerte con que venía, y se cumpla el principio de sobrecompensación. Este principio fisiológico-deportivo sostiene que al darle al cuerpo un respiro de carga de trabajo, durante este tiempo, siguiendo la periodización de un esquema de entrenamiento bien estructurado, luego de ese tiempo el cuerpo regresa más fuerte que cuando comenzó el taper. Por eso, es vital esto antes de una maratón, de un Ironman, en general antes de una competencia de alta duración, y se aplica en más de un deporte.

El clima desde los pronósticos de la semana anterior, dentro ya de los 5 días previos al Domingo 21, apuntaban a un día relativamente frío para un Ironman. Decían máxima de 63, mínima de 50, con alta probabilidad de lluvia.


Llegamos en la noche del jueves a Cour d’ Alene (CdA). Temprano el viernes fuimos a CdA Resort, el hotel donde se iba a desarrollar todo el tema de la expo, el registro, y donde quedaba Ironman Village. Es fantástica toda la esta organización de Ironman. Es mi cuarta carrera, y no dejo de impresionarme de la organización, de la logística y planificación, pero sobretodo disciplina y calidad que hay detrás de cada Ironman. En Ironman Village están los lugares de exposición de auspiciantes y tiendas especializadas de triatlón que presentan sus productos, regalan cosas, etc., así como el Ironman store (desde cepillos de dientes, mousepads, gorras, camisetas, chompas, vasos para shots, calendarios, calcomanías, TODO con el símbolo “m-dot“ que es el logotipo de Ironman). Ah, me olvido de aclarar… que una pelota de golf con el logo Ironman cuesta casi como un set de palos de golf…

Ese viernes a primera hora fuimos a conocer el agua y nadar un poco en CdA Lake. Fucking COOOOLD! El agua estaba a 62 grados que para mis estándares ahora último –llevando más de 20 años fuera de Quito, si así como lo leen… pues era bastante fría. Uno ya conoce de la carrera gracias al Internet, donde hay reportes de la carrera de otros años escrito por otros triatletas, así como las estadísticas de la misma Ironman, en cuanto a temperaturas promedio del agua, del aire, etc., mapas de la ruta de ciclismo y atletismo con su altimetría, al más puro estilo de las exigencias y servicio de un país como este.

Quedamos en nadar unos 20 minutos, mientras las señoras tomaban fotos, y se entretenían viendo a OTROS triatletas en nuestra ausencia!... A los 10 minutos que paro para virar, veo uno de los kayaks de seguridad cerca y le comento “pretty choppy, huh?“, porque de verdad estaba oleadito, no se podía seguir una línea muy estable de nado. Y me contesta, debiste haber visto ayer, olas de casi 1 metro. Se forman olas muy grandes e inusuales en ese lago, además del viento porque la profundidad es poca, y eso fomenta la formación de olita. Ese día podíamos nadar entre las 7 y 10 am, auspiciado por Gatorade donde regalaban termos, y había música, la gente comenzaba a llegar a practicar su swim y disipar su ansiedad antes de race-day. Solo sirve para esto. Hasta hace 2 semanas contaba lo que se hacía en el entrenamiento. Luego de eso, el principio del taper aplica en su totalidad: “less is more“ asi que lo que se hace más puede dañar que mejorar el trabajo de las 24 semanas previas, esos 6 meses antes que se comenzó con el entrenamiento estructurado y diseñado por un experto.

El día estaba rico, temperatura de unos 70 grados… fuimos al hotel y regresamos para el registro e inscripción, recoger los números que van en la bicicleta, casco, fundas de transición y special needs, así como hacer una pocas compritas de rigor. Unas absolutamente necesarias como tubos de repuesto, cartuchos de CO2 para inflar llantas, unas manguitas para el frío en la bici –no se esperaba un pronóstico tan frío del aire- y otras no tan necesarias como zapatos nuevos, gafas, camisetas, y esa chompita que ‘está tan espectacular, y justo hubo mi talla que no puedo dejar pasar la oportunidad’… Por ahí una camiseta para las señoras, y pocos encargos.

Fuimos a recorrer los 60 km de ruta de lomas de la bicicleta, conforme lo recomendaban las instrucciones. WOW! Realmente era una ruta como nunca antes había visto, peor pedaleado. Había que darle 2 vueltas al mismo recorrido, y creo que habremos contado unas 25 lomas en la ruta. Unas más cortas que otras, y otras más pronunciadas. Iba a ser un reto de grueso calibre.
Pero durante todo este vertiginoso trayecto, desde que se aterriza en el avión en la ciudad de destino, siempre me ocurre algo que se ha repetido consistentemente en las 12 maratones que he corrido en los Estados Unidos, 2 Half Ironman, y 4 Ironman: apenas uno aterriza, el tiempo VUELA… imposible detenerlo, ya sabemos, pero va más rápido. El rato menos pensado me encuentro sentado en mi laptop escribiendo sobre las memorias de días que podrían ser tan normales, tan jueves a domingo como cualesquiera otros. Pero la carga de emociones y sensaciones de estos últimos días son meritorios de plasmar.

El sábado salimos con mi compadre a probar las bicis, que todas las piezas cumplan su funcion, que las llantas estén redondas y que rueden hacia delante cuando uno presiona los pedales, jeje. Todo bien, todo bajo control. Y luego corrimos un poquito, unos 25 minutos, solo para una vez más- tratar de difuminar la ansiedad, esos momentos previos, esa anticipación a algo tan grande, poder pensar un poco.

Un poco de meditación, agradecimiento por esta fantástica oportunidad, que el de arriba nos ha puesto delante a unos pocos. Realmente hay que dar gracias. Un poco de música en el iPod, Floyd is the drink of Choice, quizás algo de Stones… en fin, lo que se requiera para abstraerse unos 10 minutos, cerrar los ojos, y respirar en meditación yoga… clave antes de esta carrera, que uno lo completa 90% con la mente, porque el cuerpo te suplica “ya no más!“.
4am… domingo! Mi mamita me cuenta que cuando yo era niño odiaba dormir, alegando siempre de que “por qué tengo que dormir si lo que quiero es jugar“… hoy la historia se repite en diferentes niveles… la noche del sábado no quería dormir, porque como sistema natural de defensa del cuerpo, yo sabía que el momento que cerraba los ojos, YA ERA DE MADRUGADA en menos de lo que uno se imagina, y me despertaría con la alarma de las 4am, para ir a desayunar así nomás, en calentador, zapatillas, y cabeza de loco, con mi compadre, y que tres horas más tarde estaríamos escuchando el cañonazo de salida… time is unstoppable… este concepto me trastorna!

Tantos años de experiencia en este tipo de competencias ya nos marcan un know-how que se va metiendo en nuestro disco duro. Efectivamente, todo comenzó a fluir a una velocidad brutal… luego de un magro bagel con un poco de café, y ya eran 4.40am!... y Gusi ya estaba despierto en Guayaquil, instaladazo en el Messenger, y yo desde el blackberry no podría jamás cortar a mi clon, que ayer ya me dijo que quería conversar conmigo la mañana de la carrera, pero yo sabía que tenía 5 minutos SI ACASO… no había como perder tiempo, olvidarse de nada. Ya toda la transición, swim-to-bike (zapatos ciclismo, casco, guantes, mangas, el número en cinturón (bendito número que me olvide de poner en medio de ese barullo de gente), gafas; y el bike-to-run (zapatos de correr, visera, número de correr), ya todo esto estaba desde el sábado en la tarde que había que hacer el check-in obligatorio de estas fundas de transición, y la bicicleta. Ya todo estaba descansando y esperándonos que lleguemos llenos de ansiedad pero muchas ganas la mañana de la carrera. Pero no podía olvidarme esa mañana de llevar el wetsuit (traje de neopreno para mayor flotabilidad y protección contra el frío, obligatorio en estas competencias), goggles, gorro de la competencia con el número, pero más importante que nada, el chip para controlar el tiempo, que iba sujeto en una banda al tobillo.

Llegamos y ya era una marea humana… obvio, el tiempo seguía corriendo como que estaba él en competencia. 6.15 am. Mi compadre no aparecía! Nos enteramos luego que su llanta en la transición, explotó al momento que el fue a darle aire. Parece que cuando el sábado dejó para que le cambien llantas nuevas, quien puso el tubo lo remordió. Una más para el baúl de experiencias. Por viejo más que por diablo, el mismo sábado le dije que no podía dejar que los del taller le hayan hecho el favorcito, porque es como cuando el paracaidista va a saltar: cada uno empaca su paracaídas. Para suerte, y porque Dios es bueno con mi compadre, tuvo esa oportunidad y lo solucionó a tiempo. Pero ya eran 6.15, los profesionales salían a las 6.25 y nosotros 7am sharp!

El clima bastante frío. Hacía menos de 50 grados y un viento fuerte soplaba junto al lago. Cielos relativamente claros, pocas nubes, parecía que no llovería en algunas horas al menos. El pronóstico de la noche del sábado decía PM Showers, lo cual parecería que se cumpliría. Esto era vital para que no tengamos que pedalear esa ruta de bicicleta con agua!
Todavía tenía que ir a dejar mis fundas de special needs bike, donde dejé unos termos con mis mezclas de liquid food, y entrar a la playa, junto a 2300 triatletas que estaríamos en pocos minutos más, cada uno con una de sus diferentes 2300 propias razones y motivaciones de llevar adelante este sueño, este reto supra humano. Esto que TODOS lo podemos hacer. Solo basta con querer hacerlo, pero quererlo de verdad…

Paola y Adrianne preocupadas y angustiadas porque no aparecía mi compadre, concluimos que ya debe estar en camino, que seguro en medio de todo el gentío ahí estaba. Entro a la playa, y entre la multitud, me acerco al agua. Y en exactamente ese lugar, estaba mi compadrazo. Sin la menor idea de que tenía angustiadas a las ñoras, y yo un poco cabreado por su falta de comunicación, pero ahí estabamos, 6.45, a 15 minutos de comenzar… La playa se extendía unos 100 metros de ancho, y la gente hacía unas 20 filas hacia atrás… yo estaba cerca del agua, como en fila 3. Faltaban 2 minutos. Un abrazo de buena suerte con mi compadre, realmente transmitiéndole las mejores energías para este largo día que nos esperaba. El himno a los Estados Unidos, que lo canté todos los lunes desde primer grado hasta sexto curso en mi Colegio Americano, y que nos lo sabemos de memoria, más que muchos americanos, jeje… y BOOM, el cañonazo!... comenzó el baile.

Con tres Ironman bajo el cinturón, ya SABIA que los primeros 5-10 minutos iban a ser brutales. Es que no puede ser de otra forma, simple concepto de geometria, cuando tienes 2300 personas apuntando a un mismo sitio –la primera boya de viraje 800 metros más lejos, aun cuando es lógico que la gente va a ir tomando su espacio según su capacidad de nado, es decir se va descongestionando la multitud. Pero aún así, la gente estuvo más ‘agresiva’ que lo normal. Más patadas, codazos, empujones, jalones que de costumbre. Que diablos pasaba…! Y encima, negociar con el oleaje, que estaba fuerte. La primera de 2 vueltas estuvo más lenta que lo normal pero por poco, así que supuse que la 2da vuelta, con menos gente alrededor, ya sin la partida, sería más fácil, y podría recuperar algo de tiempo vs mi estimado. Si, menos gente. Pero aumentó el viento y se levantaban unas olitas que me hicieron tragar medio lago… oh, oh… el día se venía complicadito, ese viento estaría en todo lado. Y frío encima.

Salí con al menos 7 minutos de rezago de mi tiempo estimado del agua, y menos desgastado de lo que hubiera querido. Durante la transición apurada, comentábamos con un triatleta, que el también estuvo off unos 8 minutos, por lo movido del agua, y la patadiza de la gente. Tenía que ponerme mangas para los 180 km, y entre toda la cuestión, me olvidé de ponerme el cinturón del número… casi causal de descalificación, pero me di cuenta en el km 3 me parece, osea… tarde. La primera vuelta de la bici, relativamente bien. Hice un recuento de lo que Michael Lovato, uno de los pros que dio una charla el día anterior, recomendaba… guardar piernas. No sirve de nada atacar cada loma, porque eventualmente te queda menos en esa cuenta de ahorros llamada PIERNAS. Y así hicimos casi todos, cada uno de los que íbamos en una especie de tren, dejando 4 bicicletas de luz entre una y otra, para evitar ser penalizados por DRAFTING, con 4 minutos en uno de los penalty tents.

Creo que fallé un poco en la nutrición. Si bien estuve comiendo mis gels a cada hora, así como las pastillas de electrolitos, los sorbitos de Nuun, otro efervescente de electrolitos que tenía en una de mis tres botellas, debí haberme acabado las otras 2 que tenían liquid food, mis mezclas patentadas y que no puedo revelarlas sin tener luego que matarlos a todos… jeje. Debí haberme acabado las 3 botellas antes de llegar a los 10km entrada la 2da vuelta, osea km 100 mas o menos, donde tomaba las nuevas botellas que había dejado en special needs.

La segunda vuelta fue más dura. No fue mi día de bici. El tiempo proyectado luego de la 1ra vuelta estaba como en 5h40, no tan malo tomando en cuenta estas condiciones de pista, pero totalmente distantes a las 5h12 que pocas semanas atrás logré en una contrareloj de prueba, via a la Costa, que mandaba mi programa de entrenamiento. Los segundos 90km en la bicicleta fueron, como dice mi Papi, una Ley de Newton, la ley de la conservación de energía, jeje.!
Por ahí nos cruzábamos con el compadre, y siempre sonreíamos. Yo con el objetivo de que esa energía que te da el sonreír a alguien y recibir una sonrisa de vuelta me ayude en esta estupidez de esfuerzo que hacía. Yo siento que mi compadre me sonreía diciendo “riete nomás cojudo, que luego conversamos por haber escogido esta brillante carrera, como que no hubiera unas más facilitas“, jajaja.

Ahora, a media vía de la 2da vuelta, solo quería bajar las 6 horas. Es una carrera tan larga, con tantos imponderables, tantos factores que inciden en todo, desde una llanta baja, hasta que te caiga mal algo al estómago, un accidente, el clima, la ruta, o simplemente te sientas un poco off, como creo que me pasó a mi ayer en la bici. Creo que la convulsión del agua, más lo duro de la 1ra vuelta, mermaron mucho mi performance pero no mis ganas. Seguían inviolables mi objetivo, mi línea de meta, mi cumbre!

Y aún así se me hizo durísimo!... llegué como en 5h58, apenas un poco más de 30kph de promedio, algo que tenía como plan de contingencia, y lo logré. Pero no me sentía muy fuerte. Estaba medio mareado, como débil, algo no estaba bien. Así que entré a transición, me senté y comencé a sacarme lo de la bici y ponerme lo del atletismo. SOLAMANTE me faltaba una maratón… Si, correr del Quinche a Quito, o de Cerecita a Guayaquil.

Tuve varios planes B. Unos inclusive prohibidos de publicar, jeje. Pero NINGUNO contemplaba algo distinto a cruzar la meta! Esto había que terminarlo en el tiempo que sea. Mi objetivo en Guayaquil fue bajar mi mejor tiempo de 10h36 que logré en Ironman Arizona en el 2006. Pero todas estas carreras son distintas entre sí, y tienen factores como el tema de la dificultad en el lago, y la ruta de la bici que las vuelven difíciles de comparar. Y el comodín más crítico es la ruta de bicicleta.

Pero comencé a correr y me sentí bien, fluía. Claro, la memoria muscular y el baúl de los recuerdos rescata que esta sería mi 16ava vez en mi vida que corro 42.2km. Doce maratones, más la maratón de cada uno de los Ironman. Como la mente es la que manda, me fui por ahí. Y comenzó. OK, faltan 2 veces 21 km, esa era la más facil, ya que igual eran 2 vueltas. Paola y Adrianne me gritaron y saludé de vuelta. En la primera estación de abasto, hay 1 cada milla, paré y me comí unas galletas de chocolate chip que estuvieron deliciosas. Luego de tanto gatorade, recovery drink, gels, ya estaba HARTO de esa vaina, así que durante toda la maratón me comí pretzels, Chicken broth, cola, y galletas. El cuerpo pide sal…

Durante la primera vuelta no vi a mi compadre, y me preocupé… pensé que quizás tuvo un problema con su llanta en la 2da vuelta de bici, o que le pasó algo más… peor cuando no vi a las esposas en la 2da vuelta mía de correr. Pero al entrar a la 2da vuelta, me cruzo con mi compadre, y nos manoteamos un merecido high-five… balbuceé algo como “duro, no?!?!?!?“, y vi que esta conversación tendría continuación. Conclusión del tema, Petete escoge la próxima carrera. Mi condición hasta ahora es que no busco las “faciles“ (como que algún Ironman lo fuera), refiriéndome a que sean flat y rápidas. Busco hacer uno distinto cada vez, acumular lugares, experiencias, rutas, momentos, retos, soluciones, sensaciones, lecciones de vida, crecer como deportista y como ser humano. En resumidas cuentas, divertirme.

Comenzó a llover… solo eso faltaba. El frío estaba brutal, y salí de la transición con una camiseta de manga larga que por suerte previne y dejé el día anterior en mi funda de bike to run. Ya faltaba poco. En mi cálculo mental, eran 4 km… una vuelta a los Ceibos desde mi casa, como cuando nos tocaba salir a aflojar… no faltaba nada!

Recta final… ya vi la llegada, y un par de heróicos me pasaron picando para llegar 5 segundos más rápido en esos últimos 300 metros que faltaban. Bien por ellos pensé… es su carrera, esta es la mía! Tantas cosas que pensé durante estas 11h29 minutos… el objetivo faltando 10km fue bajar 11h30… por qué?... no se, para tener algún nuevo objetivo en mente… eso es todo… y lo logré! Jeje!

Gustavito, Santiago, Sergio, siempre estuvieron conmigo. El Gusi a las 4am me prometió mandarme todas sus buena energías, y lo cumplió!... porque lo sentí, y las energías se sienten. Sentí muchas buenas vibras de gente que me quiere, de mi Papi, mi Mami, y mis ñaños, mis suegros, y obvio de Paola que me gritaba cada vez que me veía. Hicieron un super trabajo de seguimiento, con una paciencia bestial para estar esperando a que pasemos…

Alguien me preguntó qué sientes luego de un Ironman… yo siento que crecí como persona, definitivamente. Si bien es glamoroso, llama la atención el ser un Ironman, esto va mucho más allá del logo M-dot que por cierto es sexy, jeje… Siento la responsabilidad de cada día tratar de ser mejor en todo lo que hago. De contagiar de una vida sana a los que están cerca de mí, a mi familia, a mis amigos. A transmitir con el ejemplo que las cosas que se quedan y que marcan una huella toman mucho, muchísimo esfuerzo, que nada de lo que verdaderamente importa es fácil en la vida. Que no hay reto que alguien no pueda cumplir, siento que tengo esa responsabilidad. Haber terminado un 4to Ironman agrega a mi closet una medalla más, super linda por cierto; pero también la responsabilidad de ser mejor. Y esto es lo difícil.

Todos debemos tratar de ser mejores. Todos podemos tratar de ser mejores… y para los que les interesa? Todos puede ser Ironman. La receta es simple. Cuán intenso lo quieres?... y finalmente… de qué está hecha tu esencia? Respondidas esas preguntas, nos damos cuenta de que TODOS podemos, y hacer honor al slogan de la carrera: Anything is Possible.
Mucha gente cercana, familia, amigos merecen mi agradecimiento y buenas energías. Todos siempre preocupados por nuestra carrera. Y a Petete, mi compadre, gracias por esos 6 meses de entrenamiento contra viento, marea, lesiones, viajes de trabajo… Y a mis chiquitos, Gusi, Santi y Sergio que todavía no comprenden en su totalidad pero espero que algún día me acompañen –o yo a ellos- en cruzar una línea de meta!

Siempre pensé en mi Papi y en mi Abuelito Rodrigo, que nos dejó hace pocos meses, pero que ha sido ejemplo y motor de mi vida. El sufría de solo pensar que su nieto mayor esté metido en una burrada de estas… y mi Papi sufre hasta que salga del agua, jaja… ya luego no le importa lo que haga. Feliz Dia del Padre a todos, esta fue por todos ustedes!
Y Gracias Paola, una vez más, por tener que aguantar mi locura. TQM.
Eso es lo que siento ahorita… y muchas cosas más.

Gus