Hoy, martes 20 de marzo del
2018, mi hijo mayor cumple 21 años, y llueve en Guayaquil. Y me dio ganas de escribir nuevamente, porque
tu me lo pediste hace pocos días. Esta
carta es para ti Gusi.

Naciste en un momento difícil en el Ecuador. La crisis económica estaba ya a flor de piel, muchas financieras habían ya cerrado sus puertas con las consecuencias adversas hacia los inversionistas y la sociedad en general. Los bancos medianos y grandes mostraban ya problemas patrimoniales, la crisis del país en los sectores productivos complicaban aun más el panorama, y sumado al nerviosismo y falta de confianza de la gente desembocó en una devaluación del sucre e inflación muy altas que mermaron mucho la calidad de vida de las familias. La nuestra también sufrió, pero siempre estuvimos en guardia para salir adelante, por nosotros, y por ustedes. A los pocos meses de tu nacimiento yo salí de trabajar en Banco del Pacífico, donde mi último cargo fue Gerente en la división de Finanzas, y opté por trabajar con dos profesionales de primer nivel que salieron también de Pacífico para formar una firma financiera y banca de inversión. Fueron años difíciles, de mucho riesgo, de decisiones cruciales, y con la obligación de madurar muy rápido para continuar proveyendo bienestar y cuidados para tu mami y tus hermanos que vinieron en los cinco años siguientes.
Hoy regreso a ver y me parece
impresionante y hasta irreverente como dos padres muy jóvenes desafiaron los
problemas y sortearon los obstáculos que te pone la vida, de manera muy
acertada. Tu mami fue una madre a tiempo
completo, durante tus primeros años de vida.
Intentó regresar a su trabajo en banco Previsora cuando se terminó su
período de lactancia, y se fajó su uniforme muy elegantemente. Pero no duró ni una hora. Lloró todo el camino hacia el centro
financiero de Guayaquil, y puso su renuncia ese mismo día. Creo que tienes junto a tus hermanos la mejor
mamá del mundo, y por ello debes celebrarlo y estar agradecido con ella y con
el Universo para siempre.
Desde chiquito mostraste ser
muy inquieto, activo, curioso por los deportes.
En el colegio siempre fuiste el niño bien peinado, educado, respetuoso
de tus mayores, muy buen estudiante.
Pero también hubo situaciones donde tuviste que pedir disculpas porque
te habías salido de tus esquemas. Y como
caballero que eres desde siempre, porque es tu esencia, pediste disculpas, y
hoy podemos reírnos de todas esas anécdotas.
Toda tu vida estudiantil fue
ejemplar. Y no siento que soy soberbio
ni vanidoso al decirlo. Porque los
resultados así lo muestran. Tu paso por
el colegio dejó una huella muy profunda, muy propia y un ejemplo luminoso a
seguir para tus hermanos, amigos, y directivos del colegio. Siempre estuviste en los primeros sitios, y
te graduaste con el tercer mejor promedio de tu promoción. No importa al final del día, si el nivel de
exigencia del colegio era lo que habríamos esperado, o si resultaba quizás
fácil frente al estándar. Igual
competiste con lo que había, contra tus compañeros, de una manera tan noble y
limpia, que siempre guardan el mejor recuerdo de ti. Eres un amigo de oro.
Tu inquietud y curiosidad por
el deporte y la vida sana son también dignos de resaltar. Recuerdo tus primeros 5k que corrí contigo,
tu disciplina para asistir a los entrenamientos de BMX, Jiu Jitsu, Crossfit y
Basketball, aun cuando a veces tu madre amenazaba con reportarte conmigo porque
había días que uno simplemente no quiere, o necesita un empujoncito. De manera responsable estabas consciente de
lo que siempre te repetí, incluso so pena de ser sujeto a bullying hijo a
padre, que cuando sean grandes, me van a agradecer. Y creo que no me equivoqué. Su afición por el deporte y la vida sana es
tan fuerte como un roble.
Luego me acompañaste en
bicicleta algunas veces, teniendo ya la base desde pequeño, para lograr rutas
hasta de 100km, reflejando que no solamente eres una persona activa en lo
físico, sino envidiablemente fuerte en lo mental. Y comprender también, esta vez por
experiencia propia, que la mente es la que domina al cuerpo, y en verdad todo
el resto de facetas de la vida. Una
mente fuerte y clara, pero sobretodo acostumbrada a pensar afuera de la caja y
no claudicar jamás, es el principal motor del éxito en todo lo que hagas en la
vida. Y en cada carrera Ironman que
participo, te tengo a ti y a tus hermanos en la mente, porque se que sienten y
comprenden- aun sin haberlo hecho, lo mentalmente fuerte que son estas carreras. Y también se que cada línea de meta que yo
cruzo, ustedes sienten que son suyas y propias.
Porque lo son. Porque el amor que
tengo por ti y tus hermanos nos permite compartir hasta el alma.
Estas cursando tu tercer año
de universidad. Recorriste mis pasos, y
los de mi padre, en North Carolina State University. Para mi es un gusto enorme que así sea, y tu
escogiste esto. Pero me impresionó de
sobremanera tu osadía, visión, y habilidad para durante el primer mes de
estudios decidir un cambio de carrera de Negocios a Ingeniería, sabiendo que
tenías que nivelar tus conocimientos sobretodo cuantitativos que no llegaron
con tus bases del colegio. Fue- creo yo,
tu primera decisión crucial en la vida, de esas que cambian rumbos. Tu evaluaste, mediste, y actuaste. Solo.
Siempre con el apoyo de tus padres, y con mi permanente preocupación y
guía cuando fue necesaria. Pero el
camino lo escogiste tu. Y tomó muchas
agallas hacerlo. Y hoy estás dentro de
los mejores estudiantes de Ingeniería Industrial. Con sencillez y enfoque. Construyendo tu obra.
Tienes evidentemente un padre
con un niño muy vivo adentro. El primer
componente de la inteligencia emocional requiere autoconocimiento. Y la vida y experiencias me han permitido
saber quién soy. Hoy cumples 21 años y
lejos de pensar que me haces viejo, siento más bien que ya mismo me
alcanzas. Contrario a pensar que es una
ridiculez, yo creo que más bien me permite compartir cada vez más contigo, toda
mi problemática en lo profesional, personal, deportivo. Veo en ti un hombre muy bien formado, hoy
enamorado de una chica que te hace vibrar, y con mucha ilusión respecto de tus
prioridades en el tiempo.
Hay gente que dice que “todo
tiempo pasado fue mejor”. Yo soy un opositor
a este concepto, que más bien invita a parquearse en la vereda de la vida,
mirando por el retrovisor con sentimientos estériles como la nostalgia. Sin duda el pasado es parte de nuestro
presente, porque aquí estamos gracias a todas nuestras vivencias y
experiencias, buenas y malas. Yo creo
firme y tajantemente, que es nuestra responsabilidad llenar nuestro presente
con todo aquello que nos haga felices, momento a momento, y lograr el éxito en
lo que nos proponemos. Ya que la
felicidad es un ideal y como tal no existe, y no hay evento, ni cosa material,
ni persona que “te haga feliz”. Te vas
dando cuenta que la felicidad es la sumatoria de todos los momentos que
construyes cada día. Que es un camino, y
no un destino. Que está en tu sonrisa y
buena actitud frente a todo lo que el Universo te pone al frente, porque si
crees que tienes dificultades tu ya sabes poner en perspectiva las cosas, y
concluyes que somos sumamente privilegiados.
Y estoy seguro que utilizarás el pasado de una manera constructiva, para
aprender de los errores de quienes estamos cerca y te queremos, y reforzar
aquello que consideres que son aciertos y cosas buenas.
Del pasado traes la nobleza,
honradez y hombría de bien que está en tu sangre. Pues las vertientes de donde vienes son
familias de gente de primera que hemos trabajado y vivido siempre para lograr
mejorar el mundo, aportar con honor y amor a la vida a lo largo de las
generaciones que hicieron que estemos aquí.
Hay que ser gratos y agradecidos de nuestras raíces.
Hoy cumples 21 años, y
subrayo que soy una persona que ama la vida.
La amo desde cada madrugada hasta cada anochecer, agradezco poder hacer
lo que me gusta, y quiero continuar siendo un ejemplo para ti y tus
hermanos. Seguro habrá cosas buenas de
tu padre que te las dejo para que las tomes, y juntos perpetuarlas en el
tiempo.
Happy Birthday Gusi! Te quiero hasta que muera el Sol!
Papi
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